SIERVO DE DIOS FRANCISCO ROS LLORCA, FIEL LAICO


El Siervo de Dios nació en el domicilio de sus padres, Plaza de Rafal, Orihuela, el 21 de diciembre de 1900. Padres y abuelos, todos eran agricultores de San Miguel de Salinas. En busca de mejor vida, los padres se afincaron en Orihuela. 

De niño, dirigido por sus padres Francisco y Manuela, frecuentó escuelas en las que se enseñaba Religión, y sobre todo las aulas del Oratorio Festivo de San Miguel, fundado por el valiente y celoso sacerdote Don Juan Torres Silva, para atención de tantos niños perdidos por la Ciudad con predilección por los peñeros.

Después de una juventud ordenada y cristianamente vivida en familia, el 25 de noviembre de 1928, contrajo matrimonio a los 28 años, con la señorita Milagros Illán Cecilia, de veinticinco, hija de los honrados padres Francisco y Dolores. Como no podía ser menos, fue Don Ramón Barber quien asistió como sacerdote y Consiliario de La Federación de Obreros Católicos, al enlace de su discípulo Paco Ros.

Francisco Ros trabajaba de impresor en la Imprenta de Don Adolfo Clavarana, situada en la Calle que lleva el nombre del ilustre, honrado y muy católico abogado, también conocida como "La Calle del Colegio", por ser la que conduce al Colegio de Santo Domingo.

Además de ser uno de los trabajadores que seguían a Don Ramón Barber en sus instrucciones, Ros era un artista en las tablas, a las que subía para hacer agradable la vida de todos los amigos, en aquellas tardes de los domingos de sana diversión, con actos teatrales de sainetes y dramas.

Invariablemente, todas las mañanas ayudaba la Santa Misa en el Convento de las Religiosas Agustinas ("Las Monjas del Chorro"). Como remedio para su pereza, tomó el sacrificio de asistir a aquella Misa tempranera. En las tardes, asistía y dirigía para los fieles, los cultos del Convento, como el rezo del Santo Rosario, las Novenas, etc.

Era Adorador Nocturno del Santísimo Sacramento en el turno de la Catedral.

Llegada la Guerra Civil, fue detenido, encarcelado y llevado a la Provincial de Alicante, Juzgado bajo falsas acusaciones apoyadas en su pertenencia a la Federación de Obreros Católicos y en su amistad y defensa del Consiliario Don Ramón Barber.

Condenado a muerte, no se echó atrás; en unión de su compañero Antonio Esquer Balaguer, obrero católico como él, y de los sacerdotes Don Ramón Barber, Don Alfonso Moya y Don José Torrella, fue ejecutado en el patio de la Cárcel Provincial el 8 de diciembre de 1936, Solemnidad de la Inmaculada. Murió dando vítores a Cristo Rey y Cristo Obrero.

Sus restos, inhumados de inmediato en el cementerio de Alicante, acabada la persecución, el 4 de julio de 1939, fueron trasladados el Cementerio de Orihuela.

El proceso de su canonización, fue abierto el 13 de Mayo de 2002 en la Capilla del Seminario de San Miguel, en presencia de gran cantidad de sacerdotes diocesanos.