SIERVO DE DIOS JOSÉ BELSO CASTAÑO


En la ciudad de Las Palmas, el año 1901, nacía Don José Belso, de padres cristianos y laboriosos.

En edad muy temprana empezó los estudios con notable aprovechamiento en el Colegio de Vocaciones Eclesiásticas de San José.

Después de cursado el 2º de Filosofía pasó al Seminario de San Miguel, donde los prosiguió con el mismo aprovechamiento, mereciendo en todos los cursos las más altas calificaciones y tomando parte muy brillante en los actos públicos literarios.

Ordenado de sacerdote en 1925 fue nombrado Coadjutor de Cox y poco después vino al Seminario con el cargo de Catedrático de 1º de Latín, que desempeñó con habilidad y competencia, enseñando con atrayente maestría a sus discípulos los rudimentos de la Lengua del Lacio y de las Humanidades.

Siendo Profesor fue agraciado con la Capellanía de las Religiosas Agustinas del Convento de San Sebastián, cargo que desempeñó satisfactoriamente.

En el año 1935 fue promovido al curato de Albatera, en el cual se conquistó generales simpatías por su celo y carácter bondadoso.

Ejerciendo este oficio le sorprendió la revolución y, en vez de continuar en la antedicha villa, creyéndose más seguro en su ciudad natal, se trasladó a ella, instalándose en su propio domicilio, donde el día 22 de julio del 36 fue detenido y conducido a la cárcel, en la que permaneció hasta el 5 de noviembre del mismo año, en que fue sacado para asesinarlo en el lugar denominado “Ermita de Santa Bárbara”, término municipal de Petrel, donde permaneció insepulto su cadáver por espacio de dos días, siendo luego enterrado, juntamente con los de otros interfectos, en el cementerio de este último pueblo.

Todas las pesquisas practicadas para encontrar e identificar su cadáver han resultado infructuosas. Así trataron los marxistas ilicitanos a un sacerdote paisano suyo, culto y piadoso.