JUAN BAUTISTA MAS CANDELA


Testimonio de un señor de Crevillente. JUAN BAUTISTA MAS CANDELA era un obrero, un trabajador de la Fábrica de Más Candela. 

En los tiempos libres se dedicaba a colaborar con la parroquia como sacristán gratuitamente. Su ilusión era poder ahorrar algún dinero y poder comprar objetos de la iglesia o alguna imagen. 

Con sus pequeños ahorros pudo comprar la imagen de San Pedro Arrepentido que aún guardamos y que desfila en nuestra Semana Santa. 

Para conseguir esa imagen le tocó hacer un enorme sacrificio trabajando día y noche. 

Cuando su trabajo oficial se lo permitía, siempre estaba en las cosas de la iglesia. Nadie puede decir que Bautista se metiera en cuestiones políticas o tuviera diversiones absorbentes.

En cierta ocasión que iba de su casa a una ferretería a comprar algún material para su trabajo, desde un bar fue avistado por unos desalmados que se llegaron a él tomándolo como objeto de burla y diversión para acabar matándolo. 

Es la versión oída a mi padre y a otras personas que fueron testigos de tan ignominiosos hechos. Conseguí hablar con el chofer que le condujo al cementerio después de martirizarlo en el templo parroquial: me contó que a cierta distancia presenció los malos tratos que le daban, y que oyendo los gritos de dolor y ayes lastimeros del pobre sacristán moribundo, les gritó diciendo: "¡Ya está bien, no le hagáis sufrir más, acabad de una vez!

Según la hija del sepulturero, los milicianos aquellos le obligaron a cavar su tumba, lo metieron dentro y dijeron al sepulturero que lo cubriera o tapara, pero éste se negó a enterrar a una persona que aún estaba viva. Con todo, siguieron martirizándolo hasta acabar enterrándolo con vida.

Es cuanto guardo en mi memoria y puedo contar.