SIERVO DE DIOS FEDERICO PICO GINER Párroco de Nuestra Señora de Gracia de Alicante


Nació en la villa de Busot el día 30 de agosto de año 1883. 

Muy inclinado desde su niñez al es­tudio y a la piedad, cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario de Orihuela, con brillantez, siendo ordenado Presbítero el año 1910. 

Sus servicios fueron: Párroco de La Marina, profesor Humanidades y Latín en el Seminario, Párroco de Aspe, y en distintas ocasiones opositó a distintas canonjías de Orihuela y Murcia. 

Posteriormente, opositó al Cuerpo de Capellanes Castrenses, obteniendo plaza. Aprobó en todos los concursos y renunció siempre a tomar posesión. El Obispo, como pre­mio a sus esfuerzos literarios y ejemplaridad sacerdotal, le nombró cura-párroco de Ntra. Sra. de Gracia en Alicante. Fue ex­celente orador sagrado.
En los asaltos a edificios religiosos de 1931 y febrero de 1936, este templo de Nuestra Señora de Gracia no sufrió daño alguno, por lo que sus cultos se desenvolvieron con normalidad hasta el inicio de la guerra civil.

Tras el 18 de julio, su hermano le aconsejó embarcar al extranjero u ocultar­se, pero él se negó diciendo: «Prefiero caer yo, pues vosotros, a causa de vuestras familias, hacéis más falta». También le ofrecieron esconderle en alguno de los pueblos cercanos a la capital, como San Juan, Campello, etc., en donde los sacerdotes fueron respetados, pero él, rehusó, porque preveía como segura su cercana inmolación. Así lo han manifestado sus inmediatos consanguíneos.

El 28 de septiembre, a las 8'00 de la mañana, unos individuos del Centro Comunista Libertario, sito en la calle Gerona, frente a la casa de D. Federico, muy bien adiestrados, al parecer, por milicianos de su pueblo natal, tras efectuar un minucioso registro, exigieron que les acompañara, para someterle a un inte­rrogatorio. Un profesor que vivía en un piso superior, se opuso rotundamente a tal atropello, pero triunfó la fuerza y montaron al sacerdote en el coche, asegu­rando que antes de media hora estarían de regreso. A sus dos hermanas les prohibieron salir de casa durante dos días y para eso pusieron en la puerta guardia de milicianos. Se ignoran más detalles, pero días más tarde, su familia supo que había sido enterrado en el Cementerio de San Vicente tras haber sido hallado su cadáver en la carretera cercana al pue­blo. 

Tan amedrantada estaba su familia que, por temor, no se atrevieron a perso­narse en dicho Cementerio, ya que en aquellos días había sido encarcelado su hermano Vicente, juntamente con su hijo (Vicente Picó Climent, de 16 años).

Finalizada la contienda e identificado el cadáver de D. Federico por una prenda de ropa, conocida por sus hermanas, se trasladaron los restos al Cemen­terio de Busot, donde reposaron hasta el día 15 de enero de 2004 en que fueron inhumados en el templo de Busot.

La exhumación y estudio de los restos, ha manifestado que fue martirizado también con posta de caza. Con sus reliquias apareció el crucifijo que llevaba durante su muerte. 

Todo puede visitarse en la iglesia parroquial de Busot.