SIERVO DE DIOS JOSÉ CREMADES VICEDO Joven esposo cristiano


El Siervo de Dios José Cremades Vicedo, hijo de Ginés y de Bárbara, nació en Aspe el 4 de abril de 1910 y fue bautizado el 9 del mismo mes y año, en su parroquia de Ntra. Sra. del Socorro, en donde también recibió la Confirmación y su primera Comunión. 

La Villa de Aspe, siempre noble y pacífica en su ambiente social, vio crecer al niño Pepe Cremades. Allí pudo desarrollarse en todas sus dimensiones y con todas las cualidades naturales con las que el Creador le había adornado sin presiones ni complejos; los amigos, el colegio, los juegos, los vecinos..., todo educaba. 

Pero sus padres, como otras tantas familias, soñaban con una vida más desahogada y miraban a la próspera Elda, capital del Vinalopó. 

La familia toda, se instaló en Elda. Allí llamó pronto el Señor a Ginés, el padre, y su viuda, la Señora Bárbara (Barbarica para los amigos) tuvo que empuñar el timón de la casa multiplicándose para hacer frente a todas las necesidades de la familia. 

La demanda de hospedaje, la movió a convertir su vivienda en hostal; con sus hijos Concha, Ginés, Luis y Pepe convivían como hermanos otros jóvenes. Surgieron amistades irrompibles.

Chicarrón espigado, inteligente y muy elegante, a decir de los testigos, crecía Pepe preparándose para la vida. 

Buscó novia y la encontró a su medida, parecida a su madre, hacendosa, limpia y fiel. 

Oriunda de Almoradí, tierra de “cristianos viejos”, no podía ocultar las virtudes heredadas. Era una pareja ideal, pero no tuvieron tiempo nada mas que para dejar un hijo, José como el padre.

En este Siervo de Dios, brillaba sobre todo su educación cristiana, no podía negarla, era connatural en él, y por esto, no sólo cumplía con sus deberes religiosos estrictos sino que, apoyaba a la Iglesia colaborando con su parroquia en la catequesis, en los grupos de Luises primero y después en la Acción Católica, siempre al lado de su párroco Don Luis Abad, también martirizado.

Trabajador responsable, cumplía su jornada laboral en la oficina de la fábrica de calzado “Bellot  Hermanos”.

Pepe Cremades molestaba a los ojos de mentes ruines, sobre todo por ser hombre de fe manifestada. Había que eliminarlo, era el estilo de aquel desgobierno.

Varias veces fueron de noche a tocar a su puerta, no abrió. Pero a la salida del trabajo era presa segura porque era cumplidor y puntual. Así fue. 

El día 15 de septiembre en la tarde, fue detenido a la salida de la fábrica, llevado al “Coliseo” (antiguo cine convertido en “checa”) y escondido detrás de la pantalla para que ningún amigo pudiera intervenir en su rescate, era un objetivo codiciado para los enemigos de Dios. 

Aquella misma noche llevado a la “Vereda de Ramón”, cerca de Villena, fue acribillado a tiros, tanto que unos amigos lo tuvieron que reconocer por el anillo nupcial. 

Tenía 26 años, y dejaba una viuda joven y un huérfano de 17 meses. 

Lo cuenta el mismo que lo remató: vuelto a Elda después de su fechoría, entró al bar “El Negrezco” y dijo abatido: “ponedme una copa de algo fuerte”, ¿qué te pasa?, “Na... que al ir a rematar a Cremades, ha lavantao la cabeza y ha dicho VIVA CRISTO REY”. 

Así mueren los testigos de Cristo. 

Quiera Dios que pronto le sea reconocido con la beatificación el título glorioso de “MARTIR”.