SIERVO DE DIOS JOSÉ PLANELLES MARCO

Hijo de padres ilustrados y piadosos abrió por vez primera sus ojos a la luz el 8 de enero de 1885 en la villa de San Juan. 

Dotado por la naturaleza de singular talento, que cultivó con esmerada aplicación al estudio desde que tuvo uso de razón, se dibujaron, sin embargo, en él, dos tendencias: una a las letras profanas y otra a las Sagradas. Venció la segunda y, aunque interrumpió la carrera eclesiástica alguna vez, al fin la terminó donde la había empezado, o sea, en el Seminario de San Miguel, recibiendo el presbiterado en las Témporas de mayo de 1910.

Dos años estuvo de Coadjutor en Pinoso de donde pasó, mediante el concurso de 1916, a ocupar el curato de Aguas, que desempeñó laudablemente durante doce años, siendo luego trasladado al de Agost, que administró breve tiempo. 

Al dejar el oficio parroquial fijó su residencia en Alicante, donde se dedicó a la enseñanza, en cuyo ejercicio le sorprendió la revolución, siendo por ella encarcelado a principios de octubre de 1936, habiendo permanecido en la Prisión Provincial hasta el 29 de noviembre siguiente, fecha en que lo mataron juntamente con otros muchos. 

Dicen que cuando iba a ser puesto en libertad juntamente con otro compañero, supieron los rojos que había oído la confesión de José Antonio Primo de Rivera, y que por esta causa lo asesinaron.

Fue pues, el Señor Planelles, en cierto sentido, mártir de la confesión sacramental.

(Del Folleto de 61 páginas “Héroes de la Fe”, escrito recién terminada la guerra española, por el M. I. Sr. Don Joaquín Espinosa Cayuelas, Rector del Seminario Diocesano, que también padeció persecución y prisión).